Práctica médica consistente en la aplicación de una inyección en determinadas zonas del cuerpo, con fines terapéuticos, conocida como la terapia del dolor. El objetivo primordial es la restauración de los potenciales eléctricos en la membrana celular.
La recuperación de las lesiones y dolores es casi instantánea y se aplican pequeñas dosis subcutáneas en puntos metamericos científicamente estudiados. Se utilizan pequeñas agujas y productos naturales como procaína, lidocaina, vitamina B u otros productos de uso linfático. Mediante el uso de estas sustancias se logra que el cuerpo recupere su capacidad de sanar, eliminando los campos de interferencia como cicatrices, dolores crónicos o zonas inflamadas.